Los protagonistas de la novela de Atxaga donde se narra el
cuento de “El criado y el rico mercader”, charlan en las siguientes páginas de
lo que hace que un cuento sea bueno y de qué elementos debe tener para serlo. Y
llegan a algunas conclusiones.
La primera que señalan es el paralelismo que existe entre el
cuento y el poema, ambos son breves y ambos provienen de la tradición oral, lo
que les obliga a ser muy significativos.
Lo que importa es la mirada del autor, porque temas e historias hay
muchos, por eso el autor debe tomar “como material su propia experiencia, y
captará en ella algo que sea esencial; extraerá de ella algo que tenga validez
para cualquiera”.
Pero no es suficiente,
también necesita, dicen, un final fuerte, un final que sea consecuencia de todo
lo anterior y algo más.
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