sábado, 17 de noviembre de 2012

Campaña solidaria

No tengo muy claro si las campañas solidarias son positivas para la sociedad o sólo es una forma de acallar nuestras conciencias cuando un vídeo o una noticia nos revuelve las tripas. Vamos, que no sé yo si cuando Bono se pone en plan reivindicativo beneficia más a su cuenta corriente o a los más necesitados de África. En cualquier caso, si enlazo aquí estos tres vídeos es por otras razones, además de las humanitarias.
El primero, porque habla de redacciones y colores; el segundo, porque tiene que ver con una tarea que en los próximos días os pediré; y el tercero, porque en él aparece un antiguo alumno mío: el monitor de natación hizo Educación Física en el CES hace unos años. Tened a mano los kleenex.

viernes, 16 de noviembre de 2012

El criado del mercader de Bagdad

Navegaba entre vuestras olas/blogs y me he encontrado en La belleza de la lengua las tareas que le mandaba a sus alumnos la lazarilla de ese blog, enlazaba una página de ejercicios donde aparecía una frase que enseguida identifiqué: era la primera línea de uno de los relatos de Bernardo Atxaga de Ababakoak. Como me parece un excelente escritor, su libro es absolutamente recomendable y el relato me parece magistral, tomado de la tradición sufí, aquí lo pongo: quizá os sirva de inspiración para esos que pido en clase. Disfrutadlo. Y hago propuesta: escribid en comentarios otros finales, tendrá premio el que más me guste.

“Érase una vez, en Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y porque la Muerte le hizo un gesto. Aterrado, el criado volvió a casa del mercader.
-Amo -le dijo-, déjame el caballo más veloz de la casa. Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdad. Esta noche quiero estar en la remota ciudad de Ispahán.
-Pero ¿por qué quieres huir?
-Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza.
El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.
Por la tarde, el propio mercader fue al mercado y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.
-Muerte -le dijo acercándose a ella-, ¿por qué le has hecho un gesto de amenaza a mi criado?
-¿Un gesto de amenaza? -contestó la Muerte-. No, no ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro. Me ha sorprendido verlo aquí, tan lejos de Ispahán, porque esta noche debo llevarme de Ispahán a tu criado".